Un día un profesor escribió a propósito en el pizarrón:
9 x 1= 9
9 x 2= 18
9 x 3= 27
9 x 4= 36
9 x 5= 45
9 x 6= 54
9 x 7= 63
9 x 8= 72
9 x 9= 81
9 x 10= 91Y qué pasó?
Algunos alumnos viendo el error del final comenzaron a reírse entre ellos y a burlarse del profesor por el error.
Justamente de esto quiero hablar hoy, les dijo.
Así es como te ve el mundo, pero lo peor de todo es que así te juzgas a ti mismo. 9 aciertos y un error y sólo podemos ver la falta.
Nuestra vida es bastante parecida a la cuenta del profesor. Todo el día estamos haciendo cosas que pasan en automático, pero bastante que cometamos un error para que nosotros y todos los que nos están viendo hagan foco en eso, nos juzguen y saquen apresuradamente conclusiones.
Esta es una de las tantas costumbres que no nos apoyan en la vida y que vivimos en transparencia, sin darnos cuenta lo mucho que nos perjudica.
No tienes que esperar que sea lunes o
primero de enero para empezar a cambiar un hábito.
Qué pasa dentro nuestro cuando hacemos o hacen foco en lo que está mal?
Nos sentimos desvalorizados.
Tenemos la tendencia a pensar que todo estuvo mal.
Que no servimos.
Que no somos suficiente.
Destruimos poco a poco nuestra autoestima.
Entramos en una espiral ascendente de pensamientos negativos.
En fin esta lista podría alargarse mucho más pero creo que ya te diste cuenta hacia donde voy.
Imagina que estás sentado en tu sillón favorito. Te sientes fabulosamente cómodo. Te das cuenta de que tu cabeza está apoyada perfectamente, tu espalda encaja muy bien con el respaldo. Tu cuerpo se adapta de una manera increíble a la forma del sillón. Tus piernas y tus pies tienen su apoyo en la altura justa. Tus brazos y tus manos descansan sostenidos en los apoyabrazos.
Escuchas una música bajita de fondo. Te conectas con tu respiración y te sientes vivo, cómodo y relajado.
Tu mente empieza a fantasear reconociendo la maravilla del momento y piensas: Esto es el Paraíso!! Qué maravilla! Me siento Feliz!!!
De repente piensas si mi almohadón fuera más pequeño estaría más cómodo y si la frazada fuera más larga me sentiría más abrigado.
Y en un instante del Paraíso te mudaste al Infierno, sin darte cuenta.
Y si, queridos amigos un error o algo que falta por más pequeños que sean tienen la capacidad de transformar nuestra vida en un “Infierno”. Ese es su poder.
Sin embargo este poder no les pertenece, se lo damos nosotros con nuestro foco.
Hablar de nuestros problemas es nuestra gran adicción.
Rompe el hábito y comienza a hablar de tus alegrías.
Toma dos o tres días y observa a tu observador, a esa persona especial que eres.
Y anota:
En qué te enfocas?
Qué haces importante?
Cómo te reconoces?
Cuánto te valoras?
Cómo aprendes de tus errores?
Cómo cambias de tema desvalorizando lo que te falta?
Y observa también como es tu comportamiento con los demás.
Y aprovecha para distinguir en los otros este tipo de conductas.
Considero que en esos poquitos días que hagas este trabajo un mundo se abrirá para ti y podrás ver nuevamente el camino al “Paraíso”.
Cuando perdí mis excusas y mis explicaciones,
me encontré con mis resultados extraordinarios.