#510 Decir la verdad

Cierta vez, un sultán supuso que podía obligar a la gente a decir la verdad. Como a su ciudad se entraba por un puente, hizo colgar un cartel en el mismo, que decía: “Todos serán interrogados. Si dicen la verdad, se les permitirá entrar. Si mienten, serán colgados.”
Cuando, al amanecer del día siguiente, fueron
abiertas las puertas, el capitán de la guardia se apostó allí con un escuadrón de tropas, para examinar a todo el que entrara. Al llegar el
turno del sabio Nasrudín, se le preguntó:
— ¿Adónde va?
— Voy camino a ser colgado —dijo Nasrudín tranquilamente.
— ¡No le creo! — dijo el capitán.
— Muy bien, si he mentido, ¡cuélgueme!
Pero si le cuelgo por haber mentido, habré convertido lo que usted ha dicho en verdadero.
— Así es. Ahora vaya y dígale a su sultán que la verdad depende de cómo se mire.

Nunca podré olvidar una de las primeras lecciones de coaching que cambió mi vida. Resulta que en un curso , yo había sido acusada falsamente de haber compartido unos videos que pertenecían al grupo y yo lo único que había hecho fue llevarlos a casa para verlos mas tranquila. Lo cual estaba permitido. Muy tranquila fui hacia el profesor y le dije: Ellos mintieron y casi sin inmutarse él  contesto: ¿Que crees que ellos me dirían si les pregunto? Que la que estoy mintiendo soy yo.

¿Qué te muestra eso, entonces? me preguntó.

Que ellos tienen un punto de vista sobre lo ocurrido y yo otro contesté.

“Saber que se sabe lo que se sabe
y que no se sabe lo que no se sabe;
he aquí el verdadero saber.”
Confucio

En ese momento entendí un concepto muy importante en la comunicación y en las relaciones: Que una cosa eran los hechos ocurridos y otra muy distinta la interpretación que los diferentes seres humanos tenemos sobre los mismos.
Y lo mas duro de entender fue que por lo general no discutimos sobre los hechos sino sobre las interpretaciones personales que tenemos.

Entonces qué era mentir?

El hecho era que yo había llevado los videos.

la interpretación era que yo los había compartido con personas ajenas al grupo mientras los veía en mi casa.
Y en ese momento cambié la interpretación que tenía sobre esa situación.

A partir de ese momento sostengo que mentir ( cuando estamos hablando de un juicio) es ver las cosas de una manera especial y defender esa mirada como si fuera cierta sin tener en cuenta que la contraparte puede estar viendo lo mismo justamente de la manera contraria.

Te digo que así son las cosas.
Te digo que no es así.

Próximo cuadro:
Tenemos una pelea con alguien que queremos
y nos dejamos de hablar por un tiempo

Cualquier parecido con tu realidad
es pura coincidencia.

Cada vez que discutamos por tener razón
Perdemos un pedacito de esa relación.

¿Estás seguro que vale la pena?

El otro día conversando con mi hijo recordábamos una situación controvertida ocurrida en el pasado entre dos personas y él defendía la postura de una de las partes y recordando la circunstancia comentada en el párrafo anterior , le conté esta anécdota y le dije que nosotros no habíamos estado allí y desconocíamos los hechos, y que si tuviéramos la oportunidad de escuchar las dos campanas cada uno tendría una explicación tranquilizante que lo dejaría sin culpa frente a lo sucedido. Por lo tanto nosotros no podíamos saber qué pasó y defender a uno u a otro.

¿Quién dice la verdad? ¿Quién miente?

Seguramente cada uno tiene una cuota de verdad y vive como verdadero lo que piensa ya que eso lo exime de la culpa y le permite sentirse inocente.

–Perdón, ¿ésta es la tienda de la verdad?
–Sí, señor, ¿Qué tipo de verdad está buscando?: Verdad parcial, verdad relativa, verdad completa…?
–Verdad completa –contesté sin dudarlo.
¿Está seguro que está preparado para conocerla?

Publicado en 2012.

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