#268 Aprender a recibir

¿Sabés por qué el mar es tan grande, tan inmenso y tan poderoso?
Porque teniendo la humildad
de colocarse unos centímetros por debajo de todos los ríos, descubrió que podía ser grande aprendiendo a recibir.

A veces pienso qué fácil nos resulta dar y hacer por otro y qué poco disponible tenemos el recibir o el hacer pedidos.
Nuestra cultura nos ha educado en darle mas importancia a las necesidades ajenas que hacernos cargo de las nuestras.
Y cuando muestro esto en mis talleres la inevitable pregunta que aparece es si esto no es egoísmo?
Y yo sostengo que el egoísmo es pensar solamente en uno mismo y sentirme merecedor de recibir es una forma de alimentar nuestra autoestima.

Cuanto más das, mas recibes.

Por otra parte en este juego de dar y recibir si siempre jugamos a dadores nos perdemos la posibilidad de jugar el otro rol y tener los beneficios del mismo.
¿Qué sería de nosotros si no intercambiáramos roles en este juego?
¿Qué pasaría si nadie recibiera?
¿Pensaste en lo placentero que te resulta ser vos el dador?
¿No te gustaría permitirle al otro que también sintiera ese placer?
¿No te gustaría aprender a ser agradecido y reconocido de lo que el otro te da?

El espíritu se enriquece con aquello que recibe.
El corazón con aquello que da.
Victor Hugo

Hace poco estuve trabajando con una profesional exitosa que vino a la consulta a partir de que le estaba yendo muy bien en su trabajo y no sabía qué hacer frente a tanto reconocimiento de sus clientes.
Me comentaba que cuando le agradecían, ella se ponía muy incómoda y se sentía inadecuada. Concretamente no sabía qué hacer ya que para ella su trabajo era algo disponible, que no le costaba un esfuerzo extra, entonces no tenía sentido tanta alharaca.

La gratitud es la madre de las demás virtudes,
aunque pocas personas
desarrollan la capacidad de agradecer
y menos de recibir agradecimientos.
Lair Ribeiro

Trabajé con ella el reconocimiento de su trabajo y la manera en que el mismo impactaba en sus clientes provocando cambios favorables en ellos.
Trabajé con ella la valoración y el merecimiento de una recompensa no monetaria.
También le mostré que importante era para la persona que estaba agradeciendo que ella pudiera recibirlo con orgullo y alegría.

Te dejo una tarea de observación a vos mismo:
Observa cuán disponible tienes la capacidad de recibir?
Y de sentirte digno de pedir?
Y de mostrarte orgulloso de vos mismo?
Y de darle lugar al otro para que sienta placer ayudándote?
Y de cambiar de roles con tu compañero para ver que sucede diferente?
Y por una vez, aunque sea, mostrarte y ser receptivo en lugar de ser siempre el dador

Todos los ríos van al mar,
pero no por eso el mar se desborda.

Publicado en 2006.

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