Lo que sigue sucedió en París:
Un lunes por la mañana estaba a la entrada del museo del Louvre el conocido pintor J. Auguste Ingres. El gran retratista era ya anciano y fue visto por uno de sus discípulos.
El joven preguntó: «¿Quería ver algo en particular en el Museo?». Y el pintor dijo: «¡Prácticamente todo! Visito el museo muy a menudo, cada vez que puedo. Es la única forma de aprender a dibujar».Estas palabras las decía este pintor a la avanzada edad de ochenta y seis años. Aún quería aprender.
Si eres positivo, amas la vida aunque seas mayor. En la vejez también hay metas por alcanzar.
Estás abierto a la vida y al gozo, cuando estás abierto a aprender, a crear, a descubrir.
Las personas felices envejecen aprendiendo.
Cuando estamos posicionados en una conversación que dice que dada la persona que somos ya es tarde para nosotros para determinado aprendizaje, lo único que estamos haciendo es crear una interpretación que nos aleja de la posibilidad de empezar algo nuevo
¿Qué quiere decir «tarde»?
Pensar que es «tarde» es una interpretación en la que elegimos meternos para tener una buena excusa para frenarnos en nuestro camino de acción y no ir por más.
¿Cuántas cosas te gustarían hacer y te parece que ya no es tiempo?
¿Para qué cosas, considerás que ya pasó tu momento?
El minuto en que un hombre deja de crecer,
no importa a qué edad,
es el minuto en el que empieza a ser viejo.
WILLIAM JAMES
Tarde es una interpretación que hacemos en la mente, pero en realidad no importa la edad que tengamos: nunca es lo suficientemente tarde como para no soñar o para concretar un viejo sueño.
No importa que tengas 39 o 49 o 59 o 69 o 79 o 89 todavía puedes desafiarte a ir por mas y pensar que tienes toda la vida por delante.
¿Acaso alguien puede decir cuanto tiempo le queda?
Conocí un amigo de mis padres que a los setenta años consideró que su vida se había acabado y hoy tiene noventa y cuatro años y goza de buena salud. Siempre que lo veo pienso en todas las cosas que podría haber hecho si tan solo no hubiera pensado de esa manera y se hubiera enfocado en todo lo que podía hacer.
No soy viejo cuando se me arruga la cara,
sino cuando se me arruga el alma.
Hace bastante tiempo tuve mi primer coachee mayor. Recuerdo que era un señor de alrededor de 78 años que venía verme a partir de una depresión muy importante en la que había entrado. Depresión que según los médicos era lógica a su edad.. Recuerdo como hoy que la primer pregunta que le hice fue qué hacía durante todo el día. Y me contestó nada.
Nuestro primer trabajo juntos fue hacer una lista de cosas para hacer, posibles a «esta edad».
La lista que hicimos fue mas o menos esta:
Escribir un libro contando su vida de legado para sus nietos
Hacer una compilación de los chistes que le habían parecidos mas graciosos
Buscar fotos de los momentos mas hermosos de su vida y hacer un álbum
Participar de una actividad voluntaria de beneficencia
Coordinar un grupo para mostrar su experiencia de vida
Participar de algún curso de arte o de música clásica
Enrolarse en un coro
Practicar sus hobbies preferidos
Lo bueno fue ver como a partir de todo lo que sí podía pudo conectarse con su potencial y para mi fue todo un orgullo cuando me dedicó su primer libro. Hoy ya va por el tercero.
Viejo es el viento y sigue soplando.
ANÓNIMO
A los 98 Titian pintó La Batalla de Lepanto
A los 93 George Bernard Shaw escribió Fábulas Rebuscadas
A los 90 Pablo Picasso aún dibujaba y tallaba
A los 89 Arturo Rubinstein dio uno de sus mas importantes recitales en el Carnegie Hall
A los 82 Pablo Casals aún daba conciertos de cello
A los 82 Winston Churchill seguía escribiendo
A los 82 Leon Tolstoi completó: «No puedo callarme»
A los 83 Goethe terminó Fausto
A los 80 Moisés dirigió el éxodo de su pueblo
Imaginá cuántas cosas estas a tiempo, aún, para empezar.
Nosotros no dejamos de jugar cuando nos volvemos viejos.
Nos volvemos viejos cuando dejamos de jugar.